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domingo, 21 de septiembre de 2014

La Máquina del Tiempo (The Time Machine)

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Después de tres películas ya iba tocando comentar algún libro sobre viajes en el tiempo y creo que no hay mejor novela para seguir con este proyecto que "La máquina del tiempo (The Time Machine, 1895), el clásico de la ciencia-ficción escrito por uno de los padres del género: H.G. Wells

El protagonista de la novela es un científico que inventa una máquina del tiempo capaz de viajar mediante el accionamiento de una serie de palancas. Estos viajes no se realizan de manera inmediata, sino que la máquina recorre la línea de tiempo a la velocidad que el viajero determina.

Pero mejor que explicarlo yo voy a insertar a continuación unos extractos de la novela en la que se explica los fundamentos en los que se basa la máquina.

—Evidentemente —prosiguió el Viajero a través del Tiempo— todo cuerpo real debe extenderse en cuatro direcciones: debe tener Longitud, Anchura, Espesor y... Duración. (...) Existen en realidad cuatro dimensiones, tres a las que llamamos los tres planos del Espacio, y una cuarta, el Tiempo. 

¿Esta usted seguro de que podemos movernos libremente en el Espacio? Podemos ir a la derecha y a la izquierda, hacia adelante y hacia atrás con bastante libertad, y los hombres siempre lo han hecho. Admito que nos movernos libremente en dos dimensiones. Pero ¿cómo hacia arriba y hacia abajo? La gravitación nos limita ahí.
—Eso no es del todo exacto —dijo el Doctor—. Ahí tiene usted los globos.
—Pero antes de los globos, excepto en los saltos espasmódicos y en las desigualdades de la superficie, el hombre no tenía libertad para el movimiento vertical.
—Aunque puede moverse un poco hacia arriba y hacia —dijo el Doctor.
—Con facilidad, con mayor facilidad hacia abajo que hacia arriba.

—Ese es el origen de mi gran descubrimiento. Pero se equivoca usted al decir que no podemos movernos de aquí para allá en el Tiempo. Por ejemplo, si recuerdo muy vivamente un incidente, retrocedo al momento en que ocurrió: me convierto en un distraído, como usted dice. Salto hacia atrás durante un momento. Naturalmente, no tenemos medios de permanecer atrás durante un período cualquiera de Tiempo, como tampoco un salvaje o un animal pueden sostenerse en el aire seis pies por encima de la tierra. Pero el hombre civilizado está en mejores condiciones que el salvaje a ese respecto. Puede elevarse en un globo pese a la gravitación; y ¿por qué no ha de poder esperarse que al final sea capaz de detener o de acelerar su impulso a lo largo de la dimensión del Tiempo, o incluso de dar la vuelta y de viajar en el otro sentido?

—De haber ido a alguna parte, habrá sido al pasado —dijo.
—¿Por qué? —preguntó el Viajero a través del Tiempo.
—Porque supongo que no se ha movido en el espacio; si viajase por el futuro aún estaría aquí en este momento, puesto que debería viajar por el momento presente.
—Pero —dije yo—, si viajase por el pasado, hubiera sido visible cuando entramos antes en esta habitación; y el jueves último cuando estuvimos aquí; y el jueves anterior a ése, ¡y así sucesivamente!
(...)
—Nada de eso —dijo éste, y luego, dirigiéndose al Psicólogo—: piénselo. Usted puede explicar esto. Ya sabe usted que hay una representación bajo el umbral, una representación diluida.
—En efecto —dijo el Psicólogo, y nos tranquilizó—. es un simple punto de psicología. Debería haber pensado en ello. Es bastante claro y sostiene la paradoja deliciosamente. No podemos ver, ni podemos apreciar esta máquina, como tampoco podemos ver el rayo de una rueda en plena rotación, o una bala volando por el aire. Si viaja a través del tiempo cincuenta o cien veces más de prisa que nosotros, si recorre un minuto mientras nosotros un segundo, la impresión producida será, naturalmente, tan sólo una cincuentésima o una centésima de lo que sería si no viajase a través del tiempo. Está bastante claro.

El riesgo especial estaba en la posibilidad de encontrarme alguna substancia en el espacio que yo o la máquina ocupábamos. Mientras viajaba a una gran velocidad a través del tiempo, esto importaba poco: el peligro estaba, por decirlo así, atenuado, ¡deslizándome como un vapor a través de los intersticios de las substancias intermedias! Pero llegar a detenerme entrañaba el aplastamiento de mí mismo, molécula por molécula, contra lo que se hallase en mi ruta; significaba poner a mis átomos en tan íntimo contacto con los del obstáculo, que una profunda reacción química —tal vez una explosión de gran alcance— se produciría, lanzándonos a mí y a mi aparato fuera de todas las dimensiones posibles... en lo Descono
cido. 

Me parece que con estos pequeños párrafos se pone sobre la mesa de una manera sencilla e ingeniosa la teoría en la que se basan los viajes en el tiempo en esta historia y no creo necesario añadir nada más.

Partiendo de esas premisas entender la novela resulta fácil. Al subir en la máquina del tiempo el viajero empieza a acelerar poco a poco. Primero ve como su criada entra rápidamente en la habitación, posteriormente describe como se aceleran las salidas del sol y finalmente alcanza una velocidad en las que, en un minuto, recorre un año. Así, tras una gradual desaceleración, alcanza el año 802701. Allí, donde habitan las dos subespecies a las que han evolucionado los seres humanos, los eloi y los morlocks, es donde transcurre gran parte de la novela.

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Tras las aventuras del protagonista en esa época huye a un futuro inconcreto, millones de años después, y para evitar ser devorado por un cangrejo gigante vuelve a recorrer rápidamente un mes. Posteriormente sigue viajando en el tiempo haciendo paradas ocasionales, pero sin determinar en qué época se detiene, hasta que llega a recorrer más de 30 millones de años donde la tierra parece que languidece en sus últimos tiempos. Llegado a ese extremo decide volver a la Inglaterra Victoriana de donde procede y contar la aventura a sus amigos.

Finalmente, y dada la incredulidad de sus amigos, emprende un nuevo viaje con la intención de documentarlo y demostrarles la veracidad de su historia, pero, tres años después de su partida el Viajero a través del Tiempo sigue sin dar señales de vida llegando a ese punto el final de la novela.

Como último comentario quiero aclarar que no he considerado la existencia de ningún universo paralelo en los viajes porque no hay ningún indicio que demuestre que las consecuencias de los actos del Viajero en el año 802701 afecten a ninguna línea del tiempo. Seguramente el incendio que provoca al final de ese episodio afecte al mundo, pero creo que no existe ningún universo alternativo en el que los actos que se describen no sucedan.



Método de viaje en el tiempo: máquina del tiempo
Número de viajeros principales: 1
Número de viajeros secundarios: 0
Velocidad del viaje: regulable
Universos paralelos: No
Universo inalterable: Posiblemente
Viajes al pasado: Sí
Viajes al futuro: Sí
Complejidad: 1/5

2 comentarios:

  1. ¿Has leido la novela "Las naves del tiempo" de Stephen Baxter? Es la continuación directa de "La máquina del tiempo" autorizada por los herederos de H. G .Wells y escrita para homenajear el centenario de la novela. En esta novela, el viajero del tiempo de Wells vuelve al futuro para tratar de recuperar a Weena, pero se enfrenta a las paradojas temporales que él mismo causó. La novela está bien, es como una actualización de la de Wells aplicando todos los recursos literarios del viaje en el tiempo desarrollados en la narrativa de la ciencia-ficción de los últimos 100 años, aunque a veces se hace pesada.

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    1. La verdad es que no la he leído, me la apunto en la larga lista de pendientes.
      Gracias Odiseo

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